La tendencia de renta compartida que transforma el mercado inmobiliario.
Compartir vivienda puede ser rentable, pero también abrir la puerta a conflictos legales, financieros y de convivencia.
En los últimos años, la figura de los roomies —jóvenes que comparten vivienda para reducir costos— ha tomado fuerza en México. Esta tendencia, impulsada por la pandemia y la necesidad de flexibilidad, ha crecido entre millennials y centennials, quienes priorizan movilidad sobre la compra de propiedades.
Según Antonio Darszon, director general y cofundador de Netta MX, “los jóvenes pensamos en tener menos posesiones y más suscripciones. Rentar ofrece mayores posibilidades de flexibilidad y movilidad” (Inmobiliare, 2022).
El fenómeno
no es menor: en México, el 73% de los jóvenes busca rentar, pero sólo el 16%
de las viviendas está en arrendamiento. Aun así, el número crece rápidamente, y
cinco
de cada siete viviendas rentadas son ocupadas por roomies.
Los riesgos para el arrendador
Aunque a primera vista puede parecer una ventaja contar con varios inquilinos que comparten la carga económica, la realidad es que este modelo también incrementa la exposición a riesgos:
- Mayor desgaste del inmueble: la rotación constante de inquilinos y la tendencia a organizar reuniones puede traducirse en daños a la propiedad.
- Impago y disputas internas: basta con que un integrante del grupo deje de pagar o abandone el inmueble para generar problemas de cobro y conflicto entre los demás.
- Dificultad para hacer cumplir responsabilidades: al no existir un responsable único, se diluye la obligación legal si no se establece correctamente en el contrato.
- Posibles problemas legales: sin un contrato sólido, el propietario puede quedar desprotegido
frente a daños, deudas o incluso ocupación irregular.
Los riesgos para el arrendatario
Los roomies tampoco están exentos de dificultades:
· Dependencia financiera entre compañeros: si alguien incumple, los demás deben cubrir su parte para evitar consecuencias legales.
· Conflictos de convivencia: horarios, visitas y hábitos distintos pueden escalar hasta generar rupturas y abandono del contrato, incluso violencia física o verbal.
· Falta de claridad legal: en muchos casos, los acuerdos entre compañeros son verbales o informales, lo que deja a los inquilinos en desventaja frente al arrendador y frente a otros roomies.
Cómo mitigar los riesgos
El modelo puede ser funcional y rentable, pero sólo bajo condiciones claras:
1. Contratos de arrendamiento específicos para renta compartida, donde se estipulen obligaciones solidarias e individuales.
2. Reglamentos de convivencia anexados al contrato, que delimiten lo que está permitido y lo que no.
3. Análisis de riesgo de los inquilinos, verificando historial de pago, referencias y reputación.
4. Un contacto responsable designado dentro del grupo, para mantener la comunicación con el propietario.
La tendencia de los roomies seguirá creciendo en México. Pero no hay que engañarse: lo que para unos es una oportunidad de ingresos, para otros puede convertirse en un foco de problemas legales y financieros si no se prevé correctamente.
En KRI Legal Property sabemos que el arrendamiento no
se trata solo de “llenar un inmueble”, se trata de proteger tu
patrimonio y de blindar jurídicamente cada operación.
Fuente: Revista Inmobiliare, artículo “Roomies, la tendencia en aumento con ventajas para el arrendador”, publicado el 28 de octubre de 2022.
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